En esta era de la imagen digital, la idea de volver a las prácticas de procesos tradicionales o alternativos se vuelve frecuente. La cámara oscura fue una de las opciones y una manera de experimentar el exterior dentro de la habitación durante la cuarentena estricta.
Realicé registros en diferentes días y en diferentes espacios de la casa, desde el amanecer hasta la noche. Probé ópticas para mejorar la definición de la imagen, diversos soportes para la proyección, incluyendo mi cuerpo y el uso de espejos, entre otras variantes.
Mientras duerme.
Autorretrato con edificio en construcción.
Durante varios días, la casa se convirtió en un laboratorio oscuro las 24 horas del día, con proyecciones fantasmales de un exterior vacío. La realidad dentro de casa fue densa, pero al menos segura.
Las proyecciones durante el primer año eran imágenes estáticas. Con suerte se veía un ave pasar. Luego del primer año, el gobierno permitió la reactivación de algunas actividades laborales, pero la cuarentena se mantenía para los demás ciudadanos.
La grúa.
Vía Expresa
Sunset timelapse.
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